Maru Díaz: “La investigación bien conectada a las necesidades del sector agroalimentario ayuda a generar riqueza y fijar población en el territorio”
La consejera de Ciencia, Universidad y Sociedad del Conocimiento del Gobierno de Aragón, Maru Díaz, ha defendido hoy cómo “la investigación bien conectada a las necesidades del sector agroalimentario ayuda a generar riqueza y a fijar población en el territorio” y ha ensalzado el trabajo desarrollado por el Centro de Innovación en Bioeconomía rural de Teruel (CITA-te) “al servicio de los productores que mantienen vivo nuestros pueblos”. Lo ha hecho durante la clausura de la jornada de presentación de los resultados de los proyectos FITE 2019 que se ha celebrado esta mañana en la sede del centro y a la que han asistido Lucía Soriano, directora gerente del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria, del que depende el centro turolense, y Alberto Bernués, director de Investigación.
La alianza entre la ciencia y el sector –ha ejemplificado la responsable autonómica – ayuda, entre otras cuestiones, a mejorar la rentabilidad de las explotaciones, a valorizar productos, a recuperar variedades locales y a minimizar daños “generando un mayor valor añadido y aportando una mayor calidad al consumidor final”. Factores todos que refuerzan un sector, que genera ya uno de cada diez empleos directos en la Comunidad y que es “palanca indispensable” contra la despoblación.
Estos efectos se multiplican además, tal y como ha argumentado, si como en el caso de los proyectos que hoy se han presentado se trabaja de la mano de productos y sectores estratégicos como son el jamón, el melocotón de Calanda, la miel o el almendro, enraizados en la provincia turolense.
Con esa vocación de seguir ‘alimentando’ el territorio, Díaz ha corroborado que el centro de Teruel ha empezado a trabajar ya en otros 11 proyectos vinculados a productos y cultivos tradicionales de la provincia, como la trufa, financiados por el nuevo FITE con 1,4 millones más.
Y ha avanzado que el buen hacer del CITA y de su sede en Teruel, como referente internacional que es en materia de agroalimentación, ha servido a Aragón para hacerse en concurrencia competitiva con un proyecto de I+D+i del Ministerio de Ciencia, dotado con 3,5 millones. Su objetivo es fomentar la transición verde de los sistemas agroalimentarios mediante la bioeconomía circular, la agroecología y el desarrollo de nuevas cadenas de valor. “Todo –según ha dicho- para avanzar, también desde el sector primario, hacia un nuevo modelo económico y un Aragón más sostenible”. Díaz ha cerrado las jornadas, en las que durante toda la mañana los investigadores del CITA han ido presentado los resultados obtenidos en la convocatoria del FITE 2019, que financió 12 proyectos. El denominado “RegATeA: Recuperación y revalorización de tierras abandonadas en los regadíos de riberas turolenses” presentado por Raquel Salvador, investigadora del Departamento de Sistemas Agrícolas Forestales y Medio Ambiente, ha generado una base de datos de información digital de libre disposición, técnica y social útil para las empresas, particulares y administraciones públicas ante nuevos planes de desarrollo. Se ha profundizado en el conocimiento sobre la socioeconomía y percepción social del abandono que permiten orientar las actuaciones de mejora y se han desarrollado propuestas de alternativas viables, que requieran baja inversión, con cultivares hortícolas locales y/o cultivos alternativos, potenciando el consumo de cercanía y la eficiencia en el uso de los recursos de agua y suelo.
Cristina Mallor, investigadora de Ciencia Vegetal, ha expuesto los resultados del proyecto “Hortaliza_TE: Hortalizas y legumbres Tradicionales de Teruel: caracterización, evaluación y valorización” donde se ha conseguido la implicación de los sectores formativos de agricultura, para el conocimiento de la adaptación y el rendimiento de las variedades tradicionales, y de hostelería e industrias alimentarias, para su promoción y uso en cocina. Además, se ha recuperado y difundido el patrimonio turolense a través de la creación del Banco de Semillas Hortícolas de Teruel; demostración de la viabilidad de las variedades tradicionales con el caso práctico de la Judía de Muniesa; e incremento de la biodiversidad hortícola cultivada mediante variedades locales tradicionales.
Teruel es una provincia eminentemente cerealista por lo que el proyecto “PAN DE TERUEL: Valorización de cereales alternativos para uso panificable y su panadería industrial en la provincia de Teruel” ha tenido una especial relevancia. Gloria Estopañán y Nuria Valero del Área de Laboratorios de Análisis y Asistencia Tecnología han explicado este proyecto en el que al impacto global ha sido añadir valor económico a la cadena cerealista provincial, y por tanto al territorio, fomentando la economía social y rural, buscando la identidad turolense en la panadería. Se ha desarrollado también el cultivo de cereales ecológicos de variedades tradicionales y la transformación de las materias primas donde se producen repercuten como inputs positivos a nivel socio medioambiental.
Los resultados de “FRUTER: Desarrollo de la cereza tardía y puesta en valor de frutales locales en la provincia de Teruel. Análisis del potencial de mercado” muestran una gran oportunidad, tal y como han corroborado Pilar Errea, investigadora del Departamento de Ciencia Vegetal. El cultivo de material frutal local y de variedades comerciales de cerezo de maduración tardía puede aumentar la rentabilidad de las explotaciones agrícolas y revitalizar la zona, tanto en la creación de empleo y fijación de población como en la diversificación de las producciones agrarias. Las variedades tradicionales de manzano, peral y ciruelo, además de su reconocida calidad, están muy bien adaptadas a la zona y se comportan mejor en sistemas sostenibles.
Celia Cantín, científica titular de la Estación Experimental Aula Dei, ha explicado las variedades frutícolas que se han estudiado a través del proyecto “MELOCOTON DE CALANDA: Mejora genética del melocotón de Calanda”. Los beneficios de la obtención de nuevas variedades están claramente dirigidos al sector, incluyendo productores, viveristas y consumidores de Teruel. Este proyecto contribuye a la conservación y valorización del material autóctono ligado al territorio en la zona de cultivo de Teruel.
Con el proyecto “ECOAL-TE: Dinamización de la cadena de valor del almendro en Teruel: una apuesta por la producción ecológica”, María José Rubio Cabetas, investigadora del Departamento de Ciencia Vegetal y Luis Pérez,investigador de la Unidad de Economía Agroalimentaria, han explicado que se ha ampliado el conocimiento sobre la agronomía de las nuevas variedades y sistemas de cultivo, determinar su rentabilidad y mejorar el conocimiento de las actitudes y preferencias de los consumidores. Adicionalmente, se ha determinado el potencial de mercado la almendra de Teruel y de sus derivados, proponiendo posibles estrategias empresariales para de mejorar la comercialización y la generación de valor. Además, se ha creado una aplicación móvil para facilitar información a los productores de almendro sobre su cultivo en ecológico.
Mediante el proyecto “enTER: Desarrollo de envases biobasados a partir de residuos y subproductos de la industria agroalimentaria de la provincia de Teruel” Jaime González Buesa, investigador del Departamento de Ciencia Vegetal, ha presentado cómo se ha llevado a cabo la transformación de materiales biobasados, así como el procesado de diferentes residuos agroalimentarios, abriendo las puertas para plantear proyectos más ambiciosos en el campo del desarrollo de nuevos materiales biobasados y el aprovechamiento de residuos agroindustriales, dando respuesta a una demanda global de materiales de envasado más sostenibles.
Con “FITEMIEL2: Recuperar la miel para recuperar el territorio: Análisis melisopalinológicos, análisis del potencial de mercado y apiturismo” se ha pretendido modificar la actual estructura del sector apícola, incrementando el poder de negociación de los apicultores turolenses, dotándoles de más información sobre la calidad de sus productos y sobre la demanda potencial del mercado. Pilar Uldemolins, investigadora de la Unidad de Economía Agroalimentaria, y María Fernanda Enseñat, del Área de Laboratorios de Análisis y Asistencia Tecnológica, han explicado que se ha conseguido reducir el coste de operación de los apicultores turolenses gracias a la cercanía del laboratorio de calidad apícola ubicado en el CITAte. A medio plazo el laboratorio tiene el potencial de convertirse en un centro de referencia de análisis de miel en Aragón. Con la promoción de servicios turísticos complementarios a la actividad apícola, cada vez son más los jóvenes apicultores dispuestos a profesionalizar su actividad.
La obtención y transformación de materias primas turolenses se ha puesto en marcha con el proyecto “LACTOCYNARA II: Cadena de valor en la producción de leche y Queso de Teruel: hacia una economía circular” presentado por Teresa Juan, investigadora del Departamento de Ciencia Animal, con resultados positivos a través de la puesta en mercado de un producto diferenciado, recuperando la tradición. El uso de coagulante vegetal amplia el nicho de mercado al tratarse de un queso apto para vegetarianos que cumpliría con las especificaciones Halal y Kosher. Se trata de un proyecto relevante ya que tanto las queserías como las explotaciones ganaderas sirven de motor de desarrollo en las zonas rurales, permiten fijar la población y que haya un relevo generacional ofreciendo alternativas laborales a la gente joven.
Se han realizado también proyectos de investigación en ganadería como “TerGenOvi: Innovaciones genéticas aplicadas a la mejora de la eficiencia productiva de las razas ovinas autóctonas de Teruel” presentado por Jorge Hugo Calvo, investigador ARAID del Departamento de Ciencia Animal. Las nuevas tecnologías que mejoran la eficacia de los planes de selección por prolificidad y por aptitud maternal, así como la selección asistida por marcadores de alelos asociados a un incremento de la prolificidad, mejoran la sostenibilidad de las explotaciones. Es de remarcar que el ovino de carne aprovecha recursos pastables de zonas marginales, favorece la ocupación de mano de obra de carácter familiar, contribuye al asentamiento de la población en zonas rurales y, además, mantiene del paisaje agrario, previene incendios forestales, y conserva la biodiversidad.
También se ha desarrollado e implantado un programa innovador de gestión reproductiva, adaptado a las necesidades de las 250 vacas nodrizas de la raza Angus y cruce AngusxAvileña (F1), mantenidas en condiciones extensivas en una finca en La Puebla de Valverde (Teruel) con el proyecto “VACAFERTILTERUEL: Nuevo programa de gestión para mejorar la eficiencia reproductiva y la competitividad de las explotaciones de vacas nodrizas en Teruel”. Albina Sanz, investigadora del Departamento de Ciencia Animal, ha explicado que la fertilidad final del rebaño fue de 91 y 97% en 2020 y 2021, respectivamente, un 21 y 27% superior a la fertilidad registrada en el periodo 2018-2019 (70%). Además, la concentración de partos permite prever mano de obra y comida, y mejora la calidad de vida del ganadero.
A través del proyecto “TERUEL DRY-CURED HAM: La inmunización contra GnRH porcina como estrategia de bienestar animal y de mejora de la calidad del Jamón DOP Teruel” se llegó a una contribución notable al avance del conocimiento del impacto de la inmunocastración de machos y hembras porcinos y, en concreto en este caso, sus consecuencias sobre la calidad del Jamón de Teruel como ha presentado Leticia Pérez, investigadora de la Universidad de Zaragoza. Su interés práctico y su transferencia al sector puede ser muy rápida y su aplicación puede incidir, de forma directa, en la mejora de la calidad y homogeneidad de dicho producto.