Díaz: “La Garcipollera es el mejor ejemplo de cómo la investigación y la transferencia son palancas contra la despoblación si sabemos aprovechar con perspectiva de futuro los recursos propios de nuestro territorio”
La consejera de Ciencia, Universidad y Sociedad del Conocimiento, Maru Díaz, ha visitado hoy la Finca Experimental de “La Garcipollera” para conocer sobre el terreno los proyectos de investigación que allí se desarrollan y que han hecho de estas instalaciones un referente europeo en cuanto a ganadería y agricultura de montaña y un modelo de “cómo la investigación y la transferencia son palancas esenciales contra la despoblación, aprovechando los recursos propios del territorio”.
La Garcipollera es única en España por su localización, infraestructuras, líneas de trabajo y papel en la sociedad. Desde 1985 se dedica al estudio de la agricultura y ganadería de montaña. Está adscrita al Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA) -cuyos directores gerente y de investigación, Lucía Soriano y Alberto Bernués, han acompañado a la consejera en la jornada- y tiene entre sus principales objetivos la caracterización productiva de las razas autóctonas del Pirineo (razas vacunas Parda de Montaña y Pirenaica y raza ovina Churra Tensina), así como el estudio de los factores ambientales y de manejo que influyen en la productividad de los rebaños. En el ámbito de la fruticultura, se recuperan y caracterizan variedades tradicionales que pueden ser la base de una industria local de transformación.
Antes de iniciar el recorrido, la consejera ha alabado el trabajo que allí se lleva a cabo en apoyo a la agroganadería de montaña, un sector con peso económico, ha dicho, pero sobre todo con un “gran peso social mucho más relevante en nuestra Comunidad: el del arraigo al territorio, la conservación de la biodiversidad y el mantenimiento de la población”.
Por eso, ha lamentado el progresivo abandono de esta actividad -tal y como advirtió el CITA en una reciente investigación sobre cómo ha cambiado la ganadería en el Pirineo en los últimos 30 años-, y ha mostrado su apoyo a los ganaderos de montaña, “agentes clave en la producción de alimentos sanos, seguros y de calidad diferenciada, en la conservación del paisaje y de la biodiversidad, y hasta en la prevención de incendios”.
A este respecto, ha llamado a seguir ayudándoles mediante la investigación a hacer frente a los muchos desafíos que les acechan y a que su forma de vida siga siendo rentable y atractiva a las nuevas generaciones. “Esta finca experimental y los proyectos científicos que aquí se desarrollan son el mejor ejemplo del camino que debemos seguir para el desarrollo de nuestro medio rural y luchar, de verdad, contra la despoblación”, ha afirmado, para apostar a continuación por un modelo de desarrollo “con perspectiva de futuro, que aproveche el territorio y sus recursos, pero que no lo destruya, ni lo esquilme”.
En la finca ha sido recibida por su responsable científica, Isabel Casasús, quien le ha adelantado los trabajos que allí se desarrollan y la enorme producción científica de la misma. A lo largo de su historia, la Garcipollera y sus investigadores han participado en 75 proyectos de investigación de ámbito autonómico, nacional e internacional, con 250 publicaciones científicas, 300 contribuciones a congresos y 20 tesis doctorales. Su actividad divulgativa y docente también es digna de reseñar, con presencia en exposiciones y jornadas técnicas, colaboración con asociaciones de productores y acogiendo periodos formativos para estudiantes de FP y grados de Veterinaria e Ingeniería Agronómica, así como visitas escolares.
Actualmente, y tal como ha podido conocer la consejera in situ, en la finca hay activos siete proyectos, tres de ellos con financiación europea. En la vaquería, Díaz ha escuchado de boca de su coordinador, Javier Ferrer, los objetivos y buenos resultados del proyecto OPTIBOVIS, que persigue mejorar la productividad global de los rebaños de vacuno de carne extensivos de la comarca de la Jacetania.
Su finalidad es hacer frente a los limitados índices de fertilidad y tasa de destete de terneros que presenta la cabaña de vacas nodrizas y acercarse lo más posible al objetivo de producir un ternero por vaca y año, a través de elementos innovadores y nuevas estrategias de manejo, según han explicado la jefa de Producción y Sanidad animal, Mireia Blanco, y la investigadora Albina Sanz.
OPTIBOVIS surgió tras la creación de un grupo de cooperación, compuesto por el CITA, la Comarca de la Jacetania y como beneficiarios, las dos Asociaciones de Defensa Sanitaria (ADS) de vacuno de la comarca, Bisaurín y Viejo Aragón, con un censo total cercano a las 5.000 vacas nodrizas, más del 10% de la cabaña aragonesa.
Tras ver a los terneros recién nacidos fruto de este proyecto, Díaz ha subrayado el acierto de esta alianza, que permite mejorar gracias a la investigación la producción del sector vacuno, que representa un 15% de la ganadería aragonesa, y que ayuda a seguir manteniendo la ganadería extensiva con los beneficios que ello comporta en cuanto a calidad de la carne y de conservación de ecosistemas de gran valor ecológico.
La visita ha continuado después en los campos de frutales ligados al proyecto PDR COOPGREEN, que evalúa el potencial de estas variedades locales para su desarrollo en zonas de montaña y como alternativa a las economías locales. Allí ha recibido las explicaciones de la investigadora Pilar Errea, perteneciente a la Unidad de Hortofruticultura.
Posteriormente, se han desplazado a los pastos y naves de ganado ovino para conocer más en profundidad el proyecto PRIMA ADAPT-HERD, que busca estrategias para mejorar la eficiencia y resiliencia en base a las capacidades de los pequeños rumiantes. La investigadora Marga Joy de la Unidad de Producción y Sanidad Animal le ha comentado cómo el principal efecto del cambio climático es inducir cambios en la disponibilidad de recursos alimenticios y cómo el desafío pasa por encontrar soluciones prácticas para el manejo del rebaño y minimizar el riesgo del ganadero.
Así, el proyecto trata de desarrollar herramientas de simulación por ordenador para explorar diferentes escenarios de cambio climático y estrategias de gestión y evaluar sus efectos en la eficiencia y resiliencia de cada explotación.
Además de estos proyectos, en la finca experimental se llevan a cabo actualmente otros cuatro:
• Banco de germoplasma de razas autóctonas de vacuno y ovino del Pirineo aragonés. Conservación in situ de los rebaños de las razas vacunas Parda de Montaña y Pirenaica (ambas reconocidas como Razas Autóctonas de Fomento en el Catálogo Oficial de Razas de Ganado de España) y de la raza ovina Churra Tensina (Raza Autóctona en Peligro de Extinción). Entre sus acciones, figura el control productivo y de genealogías, e inclusión en los programas de mejora de las respectivas asociaciones, para mantener la pureza racial y la diversidad genética, así como la difusión de la mejora en estrecho contacto con las asociaciones de ganaderos correspondientes, mediante la presencia en ferias y subastas y la provisión de machos y hembras para los centros de recría y series oficiales de testaje, así como para ganaderías particulares. Paralelamente, estos rebaños proveen de animales a los proyectos de investigación desarrollados en la finca por diversos grupos de investigación.